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¿¡A dónde vamos!?

Por dónde empiezo... Pues por el principio, descripción de la situación: 22:00 aproximadamente, volvemos a casa de dar un paseo con la niña y nos fijamos en una situación muy habitual y que, puede que por esto mismo, hasta ahora no me había llamado la atención, pero que se repite a diario en esta y otras formas similares. (Sonámbulos andando por la calle con el móvil pegado a la oreja y "música" a todo trapo; adolescentes sentados uno al lado del otro comunicándose a través de mensaje de texto, etc.) En este caso nos encontramos con 8 niñas y niños de entre ¿4? y ¿13? años, escuchando, bailando y gritando  cantando a todo volumen con un cacharro de estos a los que llaman karaoke, también a todo volumen, en medio de una jardín rodeado de pisos, tiendas y negocios de diferente tipo. Entre tanto los padres tan tranquilos en las terrazas de los bares de al lado. ¿Y qué? te preguntarás. ¿Cómo que y qué?.

Maternidad, paternidad y culpa

Ains,da gusto escribir cuando nadie te lee, porque hay que tener poco cerebro, o muchas ganas de leer tonterías (ambas quizá) para escribir en la misma frase maternidad, paternidad y culpa, ¿o no?. Da gusto que nadie te lea,, sí, o te lean pero no te tengan en cuenta, porque creo que este texto no va a gustar ni a unxs ni a otrxs.  Pues eso, que acabo de ser padre (he elegido esperar unos meses antes de "publicar" esto, para ver si cambiaba de opinión o mi visión se suavizaba, pero no, ha ido a peor) y he tomado conciencia de la cantidad de tonterías, críticas, chorradas, sinsentidos y consejerxs que abundan por este mundo nuestro.  Ya no es que no seas un científico de referencia (pocos pueden serlo) o que lo que escribas tenga la más mínima base científica (poco usual), es que estas pseudo-opiniones no presentan la más mínima base ética, moral y de respeto exigible en cualquier texto público dirigido a personas que buscan información útil en situaciones más o men

Sexismo, carnaval y menores de edad.

Primero: no tengo nada en contra del carnaval, más bien todo lo contrario. Me gusta ver a gente feliz y divirtiéndose (aunque para ello tengan que recurrir a disfrazarse de lo que no son o fantasear con ser lo que tampoco son), me encanta el origen y su significado social e histórico, me atraen los colores, la sátira y la crítica que suele implicar esta celebración. Así que, esto no es una crítica al carnaval, ni mucho menos. Además, puestos a ocupar las calles e interrumpir la vida de la gente, mejor por diversión que por semana santa (por ejemplo). Dicho esto, me centro en lo que quería escribir. Desde siempre (que tengo recuerdos) he visto diferencias significativas entre los disfraces de unas y otros. Mi madre ya formaba parte de una peña de carnaval, e incluso hace 15 años, ya por entonces ella siempre enseñaba más carne que su compañeros hombres. Enseñaba más carne, pasaba más frío (febrero suele ser un mes fresquito, aún a pesar del cambio climático) la miraban más (por u

Pseudo experimentos en la tele: Amor a la fuerza.

El amor filtra la realidad. El otro día en el hormiguero emitieron una selección de imágenes de su último (Pseudo) experimento (al que no te voy a enlazar, lo buscas si tienes interés) donde arreglaban un encuentro, como si de una web de estas de moda sobre contactos se tratara, entre dos personas, chico y chica en todos los casos, que decían hablar sobre el amor de sus vidas, el amor verdadero, que, según este programa, sólo se puede sentir una vez (al parecer no puedes amar a tu papá y a tu mamá a la vez. Puede que incluso eso no sea amor, sino otra cosa). Como curiosidad: en todos los casos era la mujer la que hablaba y recordaba sobre su amor verdadero, ese que nunca muere, y como este marcó su vida para siempre, con dramatismo en uno de los casos. No sé si las asociaciones feministas tienen algo que decir de todo esto, pero yo sí. Estoy casi seguro de que las parejas homosexuales también han caído en la trampa del único amor verdadero en alguna ocasión. Estoy casi seguro tamb

Tribus y manadas.

Hipster de libro. Desde que descubrí a mis admirados Turner y Tajfel y su teoría de la identidad social he mirado con interés y curiosidad a todas y cada una de las tribus con las que me he cruzado. Estos señores explicaron las transformaciones que acontecen cuando nos metemos y sentimos parte de una de estas, de cualquiera, tribus: por qué no disfrazamos, por qué hablamos de una determinada forma, por qué queremos a unos y odiamos a otros y hasta por qué tenemos la necesidad de ser parte de alguna de ellas. Sin embargo estos señores no inventaron nada, como suele ocurrir en las ciencias sociales, sino que describieron y explicaron algo que sucede desde que el ser humano es algo parecido a un ser humano, o puede que antes, porque ya antes los seres vivos se agrupaban con sus semejantes para, fundamentalmente, garantizar su supervivencia y la de su especie. Todas las especies lo hacen. Pero claro si lo hacen los lobos son manadas y si lo hacen los humanos tribus urbanas. Có